Bueno, hoy sí que si, os cuento mi experiencia en el primer trimestre.
Como os explique en el último post, tarde bastante en hacerme la prueba de embarazo, ya que creía que era un simple retraso, provocado por los nervios y el calor. Y el echo de estar teniendo dolores de regla, me hacía creer que pronto me vendría el periodo.
Y claro, una vez echa la prueba, ya confirme que estaba embarazada, pero los dolores seguían.
Aquí nos juntamos con el primer post, donde os contaba las cosas que no se explican sobre el embarazo.
Pase de no tener síntomas apenas, a tener un dolor constante de regla.
El dolor constante de regla, poco después se convirtió en dolor muscular, que me acompaño prácticamente todo el embarazo (los dichosos ligamentos redondos expandiéndose), y no os miento, cuando os digo que agacharme, intentar levantarme del sofá o tirarme hacia delante, era un suplicio.
Imaginad mi cara cuando me daba cuenta, que si solo estando de dos meses, estaba así y ya no me podía mover, lo que me esperaba cuando estuviera de 9 meses… .
Junto con los dolores, el hambre.
Un hambre constante, de esas que te comerías un dinosaurio, y cuando te ponías a comer con todas las ganas del mundo, pegabas tres bocados y ya no entraba ni una pizca más.
Eso generaba, que al cabo de una hora me muriera otra vez de hambre, y vuelta a empezar.
A eso se le sumaba las nauseas, pero no nauseas mañaneras, no. Nauseas de las de no comer, las que te tienen revuelto el estomago, todo el día.
Que yo soy muy mía, y mi cuerpo me decía que para que vomitar, si total, a lo mejor así, me sentía mejor. Pero no…tenia que retenerlo todo… .
Nos dicen que se tiene que comer poco y muchas veces, pero lo malo es cuando la mitad de las veces, estas hambrienta y no te entra ni un solo bocado.
El hambre me provocaba sueño, además del cansancio que ya tenia, así que me pase casi los tres primeros meses en la cama.
Nada mas y nada menos, que perdí 3 kilos, durante el primer trimestre.
A todo esto se le sumo, el dolor de la ingle.
El dolor que me acompaño todo el embarazo, y que no había manera de que se me pasara, y si, es un dolor que muchas embarazadas tienen, pero hacía el final del embarazo, cuando el peso del bebé empieza a ser importante.
Según la Ginecóloga, no era normal que lo tuviera tan pronto, pero no se podía hacer nada, como mucho, ir a un fisioterapeuta que me lo intentara solucionar, por que era muscular.
Me decían tienes que caminar, y a los dos metros ya estaba que no podía andar.
Creo que es lo que lleve peor, el dolor, el no poder andar, el ver que si ya estaba así, lo peor estaba por llegar.
Y si no era suficiente, a todo ello se le sumaba el miedo de no saber como estaba el bebé, y de la espera que nos estaba matando por la primera ecografía. Así que me limite a no pensar…
Y así vivi mi primer trimestre de embarazo, cual zombie de Walking Dead, y acabando jornadas de 14 horas de montaje o más en el trabajo, en las que me quería morir (y me suponía, luego dos días en cama, para poder recuperarme).
Sigo en mis trece de la frasecita…
«cuando tengas al bebé echaras de menos el embarazo…»
JAAAAAAAAAAAAA!!!