Bueno, con esta entrada, ya casi casi, vamos llegando al final del embarazo, aunque creo que quedan un par de entradas, para poder explicarlo todo bien al 100%.
La verdad que como ya os dije en uno de los primeros post, mi idea es explicaros la experiencia del embarazo, que aunque no tuve complicaciones graves, no fue un embarazo muy agradable.
Hace un par de post, os conté que el segundo trimestre para mi había sido el mejor, y pensaba que la cosa seguiría igual….que inocente fui… .
Mas o menos por la semana 24, fui a recoger los resultados de las analíticas del segundo trimestre, y hasta ahí llego mi felicidad de seguir con un embarazo bonito.
Me comunicaron que tenía anemia, y además bastante fuerte.
Me dijeron que lo preocupante no era que tuviera anemia en si, ya que las embarazadas suelen tener, si no que en el primer análisis estaba perfecta y había caído en picado.
La verdad que me choco, por que pase hace 10 años por una anemia muy fuerte también y volver a revivir todas las pruebas para descubrir de donde venia, no era agradable.
Pero, en este caso no me hicieron pruebas, por que hablando llegamos a la conclusión de que más o menos la culpa la tenia yo, de haber cogido una anemia de caballo.
Os lo explicaré a fondo en otro post, para que lo entendáis bien.
Me tuvieron que dar hierro, y además cambiarme la dieta. ¿Y en que me afecto eso?
Pues que el subir la ingesta de hierro, me provoco unos ardores de estomago y un malestar increíbles.
Ardores tenia desde el principio, pero a partir de ahí fueron insoportables, hasta el punto de no poder dormir desde la semana 29.
Y yo cada vez que iba a la comadrona me hartaba de decírselo y ella como siempre, respondía que era normal.
Probaba con remedios naturales que encontraba por internet, pero no daban resultado.
Por suerte, el hecho de tener anemia hizo que me derivara a la ginecóloga (si la seguridad social es así, y en todo el embarazo no me habían dado ni una sola visita con ella…).
Así que el día que me visito, decidí comentarle todo lo que me estaba pasando y pobre mujer, alucino.
¿Por qué? Pues por que todas las molestias que estaba teniendo prácticamente durante todo el embarazo, se podían solucionar con algún medicamento que la comadrona había pasado de recetarme.
Y a mi no es que me guste atiborrarme a medicamentos, pero cuando repetidas veces te comentan los mismos problemas (y además que a mi me estaban haciendo llevar un embarazo bastante malo…) pues lo lógico es que les pongas solución… .
A partir de ahí, volví a estar casi bien otra vez, aunque ya estábamos llegando al final del embarazo y seguía con mi dolor de ingle cada vez más fuerte, pero por lo menos podía dormir y empecé a poder descansar un poco más (bendita ranitidina…).
Los análisis mejoraron muchísimo, y el hecho de tener anemia, me dio la gran ventaja de que me estuvieran controlando más al bebe de lo normal, así que gane unas cuantas ecografías de más, ¡y yo feliz!
Todavía queda mucho que explicar, el tercer trimestre fue muy intenso, así que os lo explicare en dos post, para que no sea tan pesado.